Será el final de una agonía y un regreso anhelado por todos los sevillanos. Con la fecha marcada en el calendario de la reapertura de la iglesia de Santa Catalina, muchos son los cofrades que vuelven a ver muy cerca el regreso de las hermandades que allí han radicado históricamente y que desde el cierre del templo, en el año 2004, se han visto obligadas a emigrar a otras sedes sin una solución inmediata a la vista.
Todo ello se produce tras la firma del protocolo,en la mañana de ayer, entre el Ayuntamiento y el Arzobispado donde el organismo municipal se compromete a aportar un millón y medio de euros, justo la mitad de lo que cuestan las obras integrales, que ascienden a tres millones. El acuerdo fue rubricado por el alcalde Juan Ignacio Zoido y el Arzobispo Juan José Asenjo Pelegrina.
Una restauración en manos del arquitecto Francisco Jurado, donde se han ido descubriendo excavaciones arqueológicas en el interior del templo, destacando el hecho que demuestra quela primitiva iglesia fue construida entre finales del siglo XIII y principios del XIV, quedando los únicos restos árabes en los sillares del final de la torre actual, que sería el minarete de una mezquita.
Una intervención que permitirá construir un sotano visitable con los restos encontrados, que no interferirá en modo alguno con el culto, a modo de iglesia subterránea, en la que los visitantes podrán conocer la historia de este templo, ligado a la propia historia de Sevilla. Un hecho que da luz verde a la cercanía de una próxima reapertura.
Una reapertura que vuelve a ilusionar a las hermandades que radican en el templo: La Exaltación, Santa Lucía y el Carmen y Rosario de Santa Catalina. Corporaciones que tuvieron que buscar sede provisional de manera inminente tras la Semana Santa de 2004, donde el mal estado de la iglesia provocó el cierre sin fecha de regreso a la vista.
Todas las hermandades efectuaron sus traslados en el mes de Junio a sedes distintas. La Virgen del Carmen fue llevada, de primera instancia, a la parroquia de San Pedro (desde donde hizo su salida ordinaria un mes después), Santa Lucía buscó el Santuario de los Gitanos para efectuar su salida procesional desde dicho templo en octubre del mismo año y la Exaltación, última en marchar en la noche del 4 de junio, una corta procesión llevó a sus titulares a la vecina iglesia de Los Terceros. Todas ellas, se reunieron a finales de 2004 en San Román, ocupando la nave de la epístola hasta la actualidad. Desde el año 2005, todas las corporaciones efectúan su procesión anual desde la parroquia de San Román, recientemente restaurada por aquel entonces, a excepción de la Exaltación; obligada a salir en la tarde del Jueves Santo desde la sede de la hermandad de la Cena, debido a las reducidas dimensiones de la puerta principal del citado templo.
Importantes efemérides, actos y acciones para la historia de las dichas hermandades se han vivido en el exilio; tanto la designación de la Virgen del Carmen y Santa Lucía como imágenes que presidieron el pregón de las glorias en la Catedral en los años 2006 y 2012 respectivamente como la celebración del LXXV aniversario fundacional de la hermandad actual de Santa Lucía en 2005 y el 50 de la fusión entre las hermandades de la Exaltación y la Sacramental de Santa Catalina en este 2014. Además de ello, en el plano de acciones, durante los años de exilio, se ha estrenado el paso de la Virgen del Rosario (Aún en proceso de talla) y se ha restaurado de forma integral el paso de Santa Lucía.
En cuanto a la hermandad de penitencia, la Exaltación ha vivido un proceso de restauración integral de toda su cofradía en estos últimos diez años. Destacan, el crucificado y la Virgen de las Lágrimas, el conjunto completo del paso de cristo: cartelas, ángeles y figuras secundarias(a excepción de los caballos) por Pedro Manzano, recuperación completa del paso de palio con las bambalinas, la orfebrería y la complicada restauración del imponente manto de Olmos(procesionando durante cinco años con terciopelo liso), sumándose el estreno de los faldones, obra de Jesús Rosado.
Importantes efemérides, actos y acciones para la historia de las dichas hermandades se han vivido en el exilio; tanto la designación de la Virgen del Carmen y Santa Lucía como imágenes que presidieron el pregón de las glorias en la Catedral en los años 2006 y 2012 respectivamente como la celebración del LXXV aniversario fundacional de la hermandad actual de Santa Lucía en 2005 y el 50 de la fusión entre las hermandades de la Exaltación y la Sacramental de Santa Catalina en este 2014. Además de ello, en el plano de acciones, durante los años de exilio, se ha estrenado el paso de la Virgen del Rosario (Aún en proceso de talla) y se ha restaurado de forma integral el paso de Santa Lucía.
En cuanto a la hermandad de penitencia, la Exaltación ha vivido un proceso de restauración integral de toda su cofradía en estos últimos diez años. Destacan, el crucificado y la Virgen de las Lágrimas, el conjunto completo del paso de cristo: cartelas, ángeles y figuras secundarias(a excepción de los caballos) por Pedro Manzano, recuperación completa del paso de palio con las bambalinas, la orfebrería y la complicada restauración del imponente manto de Olmos(procesionando durante cinco años con terciopelo liso), sumándose el estreno de los faldones, obra de Jesús Rosado.
Por todo ello, la Semana Santa de 2016 será la meta de las hermandades que buscan volver cuanto antes a la que es su casa. En el próximo 2015, la Exaltación efectuará, previsiblemente,su última salida desde la iglesia de los Terceros en el décimo aniversario de este hecho. Un periodo donde cuatro de las cinco que van hasta el momento se han suspendido por la lluvia, convirtiendo desde 2005 a la iglesia en un auténtico museo con cinco pasos instalados durante la Cuaresma.
También Santa Catalina ha sido sede que ha servido de refugio en las propias Semanas Santascuando la lluvia ha hecho acto de presencia, en ejemplos como la Trinidad o el Beso de Judas,entre otros, y de cobijo cuando otros templos han tenido que cerrar sus puertas como el caso de Los Gitanos o la Sagrada Cena.
Anhelando estampas perdidas, una generación completa volverá a volver abierta Santa Catalina. Donde niños de 11 años, hermanos de estas tres hermandades, no han conocido a sus cofradías salir de este templo. Un templo que no volverá a escuchar a su vecino Pepe Peregilcantar saetas a su Cristo de la Exaltación, pero que se reencontrará con familias que han desarrollado su vida en torno a la feligresía de la iglesia mudéjar, libre, por fin, de despropósitos electorales, isntitucionales y arquitectónicos.
Noticia: CirialDeSevilla
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