¿Debe considerarse que los Hermanos
son costaleros sólo el día de la Estación de Penitencia o todos los días del
año? Parte I
Hace
un par de domingos estuve hablando con un buen amigo y cofrade sobre el mundo
de las Hermandades y Cofradías. Entre otros muchos temas, que estuvimos
discutiendo de forma cordial, aquel al que dedicamos más tiempo fue el de
cuadrillas de costaleros y su relación con las Hermandades. Como él es un gran
costalero, aunque actualmente se encuentre retirado, yo estaba muy interesado
en conocer su opinión sobre un tema que posiblemente haya sido discutido en una
infinidad de tertulias cofrades y que va ser la base de mis dos próximos
artículos. ¿Debe considerarse que los Hermanos son costaleros sólo el día de la
Estación de Penitencia o todos los días del año?
La
respuesta de mi amigo a esta pregunta fue muy clara. No es posible ser
costalero sólo el día de la Estación de Penitencia ya que para ser costalero
hay que vivir como tal todos los días del año. Esta respuesta me dejo
francamente sorprendido ya que bajo mi punto de vista, el costalero es aquel Hermano
que tiene el privilegio, el día de la Estación de Penitencia, de portar sobre
su cerviz la imagen de Nuestro Señor Jesucristo o su Bendita Madre, la Virgen
María, ser sus pies y ayudar a su Hermandad a cumplir unos de sus objetivos
fundamentales, la evangelización del pueblo cristiano, particularmente en
aquellos que, de alguna manera, viven o expresan su religiosidad con ocasión de
la Estación de Penitencia. El resto del año, el costalero tiene que ser un
Hermano más y participar junto al resto de Hermanos en la vida activa de la
Cofradía.
En
otras palabras, el costalero es ante todo Hermano de su Cofradía y como tal debe
cumplir con las obligaciones y disfrutar de los derechos recogidos por los
estatutos. Por poner un ejemplo sencillo, es complicado llamar costalero o
compañero a aquellos que acuden, sin ser llamados, a una Hermandad para formar
parte de su cuadrilla y después no quieren hacerse hermanos y/o pagar una
papeleta de sitio. Dentro de este último grupo, no deberían incluirse a
aquellos costaleros que acuden a colaborar, de forma desinteresada, con algunas
cuadrillas que no cuentan con suficientes miembros para desarrollar de forma
decorosa la Estación de Penitencia de la Hermandad a la que pertenecen. En
estos casos, el pago de la cuota y/o la papeleta de sitio debería quedar a
discreción del propio costalero.
Siguiendo
con esta idea —el costalero es un Hermano que realiza una función específica
durante la Estación de Penitencia tal y como puede ser la realizada por el
Hermano de luz, el de cruz o el que porta una insignia—, las obligaciones de
los costaleros deben ser las mismas que el resto de Hermanos de la Cofradía.
Debería quedar lejos aquellos tiempos en los que los Hermanos costaleros
pagaban cuotas y papeletas de sitio draconianas en comparación con el resto de
Hermanos, aportaban todo el personal necesario para llevar a cabo las
actividades de Hermandad o se hacían cargo de la venta integral de las
papeletas confeccionadas para los distintos sorteos y rifas organizados a lo
largo del año.
Para
concluir con este artículo, el Hermano costalero debe ser consciente que como
Hermano de pleno derecho, su presencia y su participación es necesaria en todos
los actos organizados por la Hermandad. Los costaleros suelen ser uno de los
grupos más visibles dentro de nuestras Estaciones de Penitencia y su
comportamiento debe ser en todo momento intachable y ejemplarizante. Es
gratificante ver que la Iglesia está llena de Hermanos costaleros en las
eucaristías celebradas en honor de los Titulares de la Hermandad o como una
Eucaristía de salida se extiende en el tiempo porque todos los Hermanos
costaleros quieren recibir el Sacramento de la Eucaristía.
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