En 1949 la hermandad se comprometió con la compañía de maderas y fueron seleccionados los metros cúbicos de material, de primera calidad, para proceder a la construcción del “paso”, cuyo coste fue de trece mil trescientas pesetas.
Recordando el gran “paso” de la antigua hermandad del Santo Entierro, que representaba el Traslado de Cristo al Santo Sepulcro, que tenia una longitud de cinco metros y medio y que fue pasto de las llamas en los días aciagos del comienzo de la Guerra Civil, la hermandad, se acercó al taller, sito en la calle San Cristóbal, del gran tallista onubense, D. Miguel Hierro Barreda, y le pidieron presupuesto para que construyera un “paso” de estilo barroco, del mismo largo que el mencionado. El tallista les expuso, que si optaban por ese largo, las trece imágenes iban a estar muy agobiadas y se decidió, por común consenso determinar una longitud de seis metros por dos cuarenta de ancho.
El importe del mismo ascendía a la cantidad de sesenta mil pesetas, comprendiendo en el mismo, la construcción de andas, la talla de la canastilla con dos capillas centrales, de arco de medio punto con columnas salomónicas que sostienen la cubierta en forma de concha, una a cada lado de la canastilla. En las capillas iban en principio con las Imágenes de la Virgen de la Cinta y de San Sebastián.
Posteriormente fueron sustituidas por las Imágenes de pasta de madera policromada, del Sagrado Corazón de Jesús y la otra una Virgen del Rosario en sus Misterios Gloriosos. En la actualidad no van ninguna imagen en dichas capillas. A ambos lados de cada capilla nos encontramos con sendos medallones con escenas pasionistas en madera de abedul, que posteriormente serían plateados. La base de la canastilla es un moldurón corrido con plinto y escocia. Está decorado el canasto con hojas de acanto, cabezas de querubines y motivos frutales. En el frontal figura el escudo de la Hermandad y en la trasera el escudo de Huelva. Se remata la canastilla con cornisa y crestería, las esquinas son ochavadas con medallones lisos. Los respiraderos, que están decorados con los mismos motivos que el canasto, y con medallones lisos excepto los dos laterales centrales tallados con instrumentos relativos a la Pasión. Están rematados por abajo por una moldura que los recorren en su totalidad, en forma de “ eses” enfrentadas, así como cuatro candelabros de siete luces y de un metro de altura, para las esquinas y dos de tres luces para el centro, dicho contrato fue firmado por el Hermano Mayor D. Antonio Báez García y por el Mayordomo D. Juan Bautista Más.
De esta forma, tal como se ha descrito, entregó D. Miguel Hierro Barreda el paso a la Hermandad.
Como el tiempo apremiaba, el primer año de su salida el Domingo de Ramos 18 de Marzo de 1951, hizo acto de presencia en bruto, no siendo hasta el Domingo de Ramos 06 de Abril de 1952, cuando apareció en las calles de Huelva, ya tallado.
Igualmente se le encargo los taburetes para sentarse el apostolado, junto con la cruz de guía de madera de caoba de Guinea, todo ello por cinco mil pesetas.
Y aunque estaba sin dorar, lo que fue llevado a cabo en 1974 por D. Luis Barrios, en oro alemán ( aluminio laminado y dorado ), siguió siendo una permanente sorpresa por la calidad de su talla, efectuada en la canastilla por D. José García Páez, que a su vez realizó el dibujo de la misma.
Como anécdota, reseñar que para la primera salida, el paso debió ser montado en su totalidad en la propia parroquia. El trabajo se inició el lunes 12 de marzo, previo al Domingo de Ramos.
En 1987, D. Luis Barrios, hizo la restauración del frontal.
En 1991, debido al mal estado del paso, la Junta de Gobierno analiza la situación y comienzan las visitas y gestiones a dos tallistas en concreto; primero en Córdoba con D. Miguel Arjona, artista no muy conocido en el ámbito cofrade de nuestra tierra, pero con gran renombre en la Semana Santa Cordobesa y Malagueña. Después se visitó en Sevilla, más concretamente en el taller de Santa Clara, centro neurálgico de tallistas, doradores, imagineros y orfebres a D. Antonio Díaz Fernández, nombre con gran prestigio en el arte que nos ocupa, siendo algunas de sus obras más conocidas, el Retablo del Altar Mayor de la Iglesia Parroquial de Alosno y el Retablo del Altar Mayor del Santuario del Rocío en Almonte.
Finalmente se optó por D. Antonio Díaz Fernández y por la cercanía de la ciudad vecina, comenzando las conversaciones entre ambas partes hasta el día 8 de Mayo de 1991, en que se firmó el contrato por parte del Hermano Mayor D. José Vargas Tallón.
En la primera Cláusula del contrato se especificaban los puntos a seguir en esta restauración, siendo estos: la restauración del paso de la Sagrada Cena de Huelva, dejándolo en madera, para arreglarlo de carpintería de todas las grietas que presentaba y tratarlo con productos adecuados para eliminar la polilla y para que no volviera a reproducirse y penetrar en el paso, posteriormente se daría una mano de cola de totin por delante y por detrás del canasto y respiraderos, antes de su preparación para el dorado. El trabajo final consistió en una mano de cola de totin, trapeado de todos los ensambles, seis mano de sulfato de cal, rascado, apomazado y lijado, tres manos de bol ( dos de amarillo y una de rojo ), y por último dorado de todo el conjunto en oro de Ley de color naranja de máxima calidad y de 22 Kt. Pero por varios motivos quedaron los respiraderos sin dorar. Se enriquecieron las dos capillas laterales y se tallaron ménsulas para soporte de las futuras imágenes de los Evangelistas en las ochavas del canasto. Se construyeron cuatro candelabros de herrería, carpintería y talla de siete luces cada uno y otros cuatro de dos luces cada uno para ambos lado de cada capilla.
Entre los años 1995 y 1996 se realizó la talla policromada de los cuatro Evangelistas para las esquinas del “paso”, obra del escultor sevillano D. Ricardo Rivera.
En 2013 estrenarán un nuevo paso de misterio:
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