Ayer fue un día de los que hacen
hermandad; me alegra ver que poquito a poquito, con amor propio de una madre,
Nazaret se va apropiando de nuestros corazones.
Sin duda es una inyección de
fuerza el empezar el nuevo curso así, ya no sólo por estar un ratito más cerca
de Ella, sino también por ver que cada año son más y más los hermanos de la Juventud y hermanos de
corazón, devotos de la Virgen ,
los que nos acercamos en el día de su onomástica para rezarle y acompañarla.
Unas 200 personas acudieron ayer
día 8 de septiembre a la Iglesia Santuario
de María Auxiliadora para conmemorar esta efeméride. Reconforta ver el cariño que
la Santísima Virgen recibe de los que allí nos congregamos.
FOTO: RAFAEL RAIGÓN |
La Misa fue presidida por el
Rvdo. D. José Almedina Polonio, Rector de la Basílica Pontificia
de San Juan de Ávila y hermano de la Hermandad. Centró su homilía en el mensaje
que la Virgen Santísima nos daría en un día como el de ayer. Fueron palabras
que propiciaron una atmósfera familiar, sencilla y de ambiente muy salesiano.
La Eucaristía estuvo animada por el Coro de la Hermandad.
Para la celebración del acto, el
equipo de Mayordomía y Priostía de la Hermandad dispuso el montaje de un altar para la Stma. Virgen que lucía
espléndida en la nave central del Santuario, en el que cabe destacar el exorno
floral compuesto de nardos blancos y lilium casablanca del mismo tono.
Posteriormente la imagen de
Nuestra Madre María de Nazaret, permaneció expuesta en devoto besamanos, poniendo
el punto y seguido al arranque del nuevo curso que ahora comienza.
Francisco López
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