Nuestro Twitter

LA TERTULIA DE JOSÉ..... VOL. V

¡¡Hasta donde hemos llegado!!


Como dije en un artículo anterior, los costaleros son unos de los grupos más visibles dentro de nuestras Estaciones de Penitencia y su comportamiento debe ser en todo momento intachable y ejemplarizante. En el artículo de esta semana voy a profundizar en algunos hechos protagonizados por algunos miembros del grupo al que pertenecemos, tanto a nivel individual como colectivo, los cuales deberían hacernos reflexionar sobre nuestras motivaciones, derechos y deberes.

Poco después de la Semana Santa del año 2013 pudimos ver a través de las distintas redes sociales la fotografía de un costalero de una famosa Hermandad tomada el día de la Estación de Penitencia. En esta fotografía se podía observar como el costalero en cuestión lucía el torso prácticamente desnudo, al vestir únicamente una camiseta de culturista, para trabajar debajo del paso. Independientemente de la calidad del trabajo realizado por este costalero está claro que lo que iba buscando era unos minutos de gloria y lucimiento personal.

A lo largo de esta Cuaresma hemos hablado largo y tendido sobre los uniformes de los costaleros y de la conveniencia de imponerlos desde las Hermandades. Ejemplos como este hacen que tengamos que romper una lanza a favor de que el uniforme del costalero venga impuesto por la Hermandad ya que, aunque todos somos adultos, en muchos casos no somos conscientes de lo que estamos haciendo y de la consecuencia de nuestros actos.

Por otro lado, resulta preocupante que las cuadrillas de hermanos costaleros no sepan resolver sus problemas utilizando los distintos medios recogidos en los estatutos de las Hermandades a las que pertenecen. Este año hemos podido leer, en al menos en dos ocasiones, como algunos hermanos costaleros utilizaban para resolver los conflictos internos con sus Hermandades medios que sin lugar a dudas se encuentran más cerca de aquellos utilizados por los sindicatos o cualquier otra asociación laica que los que deberían ser utilizados por los grupos pertenecientes a las Hermandades y Cofradías —carteles anónimos de denuncia, manifestaciones o escrache.

El hermano costalero ante cualquier problema con el capataz de la Hermandad debe acudir a la Junta de Gobierno de la misma para intentar solucionarlo. Es cierto que el capataz es seleccionado por la Junta de Gobierno y que en un primer momento puede parecer que es intocable. Pero la Junta de Gobierno debe recordar que son elegidos en votación democrática por los hermanos, los cuales depositan su confianza en ellos para el buen regir de la Hermandad, de forma que no deberían defraudarlos. En caso de no ser atendida la petición, al hermano siempre le quedara el recurso de llevar el problema a la asamblea general de Hermanos que constituye el máximo poder de decisión dentro de las Hermandades.

Recientemente hemos podido leer en los periódicos que algunas Hermandades han comenzado a pedir la partida de Bautismo a aquellos que quieren inscribirse como hermanos. Este hecho, aunque parezca sorprendente, viene a demostrar una vez más que debemos practicar la coherencia a la hora de conciliar nuestra actividad pública como cristianos y nuestra vida privada. No resulta coherente que una persona que no está bautizada pertenezca a una Hermandad.

Para finalizar con este artículo voy a referir un comentario que pude escuchar hace unos días en una tertulia cofrade de la capital. El autor de este comentario indicó que en las cuadrillas de hermanos costaleros había algunos componentes, que habiendo ido voluntariamente a igualar, ni tan siquiera sabían el nombre de los Titulares que portaban sobre su cerviz. Este caso, real aunque parezca insólito, hace que nos preguntemos por los motivos que tienen estas personas para convertirse en costaleros de nuestras Hermandades y demuestra una vez más la importancia de la formación y la coherencia en nuestras vidas.


La formación es fundamental en nuestra vida como cristianos dentro de las Hermandades, no podemos conformarnos que el hecho de tener que estar Bautizado para pertenecer a una Hermandad o haber recibido el Sacramento de la Confirmación para participar como miembro de una Junta de Gobierno. Con casos como el anterior, no es de extrañar que desde algunos círculos próximos a la Hermandades, se esté comenzando a sondear la posibilidad de realizar una especie de preparación “noviciado” previo a la integración como hermano de pleno derecho en las Hermandades. Este “noviciado” tendría carácter obligatorio y una duración de un año. En él, además de la catequesis para aquellos que no hubieran recibido el Sacramento de la Confirmación, se realizarían una serie de cursos de formación que ayudaría a la preparación de los hermanos para la vida futura dentro de la Hermandad.

Comentarios

COLABORADORES

BOLSA CARIDAD HDAD. JESÚS PRESO Y ESPERANZA